viernes, 21 de noviembre de 2008


Las mujeres son el demonio. ¿A quién no le han roto el corazón? ¿A quién no le han humillado en público? ¿Quién no ha visto a su novi@ dándose los besos borracha en un local con un don nadie a quien quieres partirle la cara? ¿A quién no le han engañado con palabras que luego se convierten en mentiras, que hacen que quieras caer desde un acantilado y romperte la nuca? ¿Quién no ha estado con alguien que te reduce a un simple objeto sexual, un pedazo de papel que queda arrugado luego que lo pisan como chicle desabrido? Las relaciones muchas veces son un bodrio y lo peor es que ese morbo extraño de querer hacernos daño nos arrastra a quedarnos pegados en eso que nos hace daño. Los hombres rompen corazones, tienen relaciones sexuales con otras teniendo una relación seria. ¿Es secreto? Para nada. Es parte de la idiosincrasia de la sociedad que ha estereotipado de forma errada al hombre; macho regio para el venezolano es aquel que está con cuatro, si no eres un mariquito. Las mujeres últimamente se han convertido en arpías estruja-corazones porque así como una vez lo dijo Cyndi Lauper, sólo quieren divertirse ¿y por qué no hacerlo si los chicos también pueden? Las desalmadas son así, niñitas lindas dispuestas a dejarte seco por todos lados. Dejarte sin autoestima, pisotearte y sólo divertirse contigo. ¿No eras un machito? ¿Por qué te enamoras? Goza y listo. No, no funciona así, casi siempre la gente se empecina con el/la que no debe y más en esa etapa post adolescente donde cualquiera que te sonríe, te flecha como idiota y te niegas a averiguar sus verdaderas intenciones. Acá el asunto no es que estés paranoic@ con tus relaciones. Al contrario, disfrútalas como si mañana te fueras a morir de un cáncer terminal, pero debes saber que en la calle así como hay mal-vivientes, piedreros, drogadictos, rockeros, punketos, reggaetoneros, pavos y gente que trabaja en Procter & Gamble, existe un prototipo de mujer que sólo quiere usarte. Puedes aprovecharlo o morir en el intento.

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