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EL DIA QUE SE INVENTÓ EL AMOR
Todos los días se inventa alguan cosa.
Una vez,quién sabe cuántos miles de añoshace,una planta sonrió y se abrieron cinco pétalos amarillos;era un veintiuno de septiembre y ese día se inventó la primavera.
Y otro día,fue el verano,ese enorme envoltura azul del mundo,debajo de la que nos movemos como peces caprichosamente vestidos por Dior o la señora de la vuelta de casa.
Pero hubo otro día.El día que se inventó el amor.
No,por más que te hagas el que lo sabes,no lo sabes.
No fue la tarde aquella que me invitaste a tomar un café y los dos revolvimos los pocillos interminablemente mientras buscábamos palabras que no tubieran bordes desflecados.
Tampoco fue la primera vez que me besaste y mi sangre creyó que era año nuevo porque un montón de estrellas prendieron sus fuegos artificiales en su cauce rojo.
No,tampoco fue el día en que decidimos que queríamos vivir juntos para siempre,impregnar con nuestro olor una misma cama,correr hacia los pies la misma sábana en las noches de calor,levantar hasta el cuello una misma frazada,a cuatro manos,las narices heladas y unas ganas locas de que no existan los despertadores.
Ni el día que nos quedamos en silencio,mirando ese departamento de un ambiente dividido en dos por un tabique que tapizamos con reproducciones de Picasso,Matisse, y con dibujos y acuarelas de algunos amigos nuestros que pintaban.Y a pesar de lo pequeño queríamos invitar a todo el mundo para que conociera nuestro primer hogar.
A los tres meses empezamos a buscar un departamento más grande...porque ese estaba bien para dos...,pero tres...,¿dónde ibamos a poner la cuna?¿Y los juguetes,dónde los pondríamos?
No.Tampoco fue ése el día que se inventó el amor.
Ahora voy a decírtelo;lo recuerdo perfectamente.Habíamos discutido por una tontería.Los dos nos sentíamos un poco prisioneros de esa situación nueva que vivíamos:con un contrato a perpetuidad a causa de esa nila que reclamaba el biberon cada dos horas.O a causa del miedo que provocan siempre las cosas nuevas,aunque sean hermosas.
Habíamos discutido,nos habíamos herido y no nos atrevíamos a dar el brazo a torcer, a reconocer que la ofensiva en la que nos habíamos embarcado era una manera desesperada de querer defendernos,protegernos.Porque no conocíamos otra forma de hacerlo.No nos habían enseñado nunca otra forma de hacerlo.
Hoscos,empecinados,sin hablarnos,antes de ir a acostarnos,fuimos casualmente a mirar a la niña.
Dormía con la boquita entreabierta,los puñitos apretados;pequeñitas y en paz,confiada en esos seres que le dieron la visda.entregada a este mundo qque le ofrecíamos como una flor al tallo.
Tu y yo pensamos lo mismo,sentimos lo mismo,nos tomamos las manos t supimos que éramos "una familia":los tres unidos para que ella pudiera dormir en paz,confiada.Los tres unidos para que tu y yoaprendieramos con ella a repisar los senderitos de la infancia.
Ese fue el día que se inventó el amor.
Este amor sin fisuras que nos contiene y nos celebra en una fiesta permanente y dulce.
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