- 10 rasgos que todo hombre busca en una novia seria.
· Ella tiene su propia vida
Esto significa que tú cuidas de ti misma, prestas atención a tu estilo personal y encuentras tiempo para divertirte con tus fabulosos amigos y familiares. Buscas aventuras viajando. Y te gusta disfrutar de los placeres de la vida —desde ceder a la tentación de un buen postre hasta caminar en el parque durante un día soleado—. No esperas que tu novio se convierta en tu entera existencia. En otras palabras, no estás esperando que se aparezca el hombre de tus sueños ante ti, de modo que tu vida verdadera ya ha comenzado.
· Ella nunca hace el primer movimiento
Este tema ha sido disparador de grandes discusiones, y a decir verdad no se ha llegado a un consenso único. No obstante, nosotros creemos que una mujer nunca jamás debería perseguir a un hombre. En cambio, espera a que el hombre dé el primer paso y planifique los encuentros. El razonamiento femenino es muy sencillo: si la mujer es siempre la que está llamando, ella nunca sabrá si él está realmente interesado en ella o si simplemente le resulta cómoda o conveniente. En este sentido, ella estaría cuestionando la relación a cada momento. Los hombres simplemente no están programados para pensar de esa manera y, además, prefieren estar siempre a la caza de su presa.
· Ella es sexy sin verse como una cualquiera
Esto tiene un significado distinto al inicio de la relación que cuando ésta ya esta avanzada. Al comienzo del cortejo, una mujer debe abstenerse de hacer cualquier comentario explícitamente sexual. Ella, además, debe flirtear sin efectuar movimientos sexuales, como apoyar su mano sobre la rodilla del hombre. Cuando el tiempo pase y la relación adquiera un grado mayor de seriedad, y presumiblemente pase a otro nivel de intimidad, los movimientos sexuales y las demostraciones públicas de afecto son más apropiadas. A esta altura, estará bien jugar un poco con las piernas bajo la mesa del restaurante o en la reunión familiar.
· Ella espera para tener sexo
Es cierto: la revolución sexual llegó hace largo rato y pocas personas esperan llevar virgen al matrimonio en estos días. No obstante, el sexo sigue siendo un gran paso para las parejas. Muchas mujeres no alcanzan a comprender cuánto cambia el sexo la dinámica de una relación. Cuando las mujeres tienen sexo, sus cuerpos sueltan una hormona llamada oxitocina (también conocida como la “hormona del abrazo”), que algunos científicos investigadores creen que tienen la capacidad de hacer sentir a las mujeres una calidez y efusividad extraordinarias por sus compañeros. Sin embargo, si una mujer consuma el acto sexual con demasiada prontitud, ella podría hacerse demasiadas expectativas con una relación que no ha existido más allá del dormitorio. Si inflas demasiado la significación de la relación —en un principio, desde luego—, posiblemente el hombre salga corriendo. El consejo es esperar cuando menos un mes de relación antes de tener sexo con tu nuevo hombre.
· Ella hace pequeñas cosas para demostrar su interés
Las pequeñas cosas; los detalles, por así decirlo. De eso se trata. Supongamos que él es un hombre de negocios y viaja constantemente, y no tiene tiempo de lavar sus camisas, de modo que suele comprar camisas nuevas todo el tiempo. Un gesto de tu parte sería llevarle las camisas a la lavandería. Se trata de hacer esas pequeñas cosas que le permitan a él saber que te preocupas y que estás prestando atención a sus necesidades individuales. Y él debería hacer lo mismo por ti. En una de esas, él podría quitar la nieve del parabrisas de tu auto en las mañanas de invierno.
· Ella debería ser su ayudante eficaz
Ayúdalo a lucir bien frente a su jefe. Ríete de sus bromas y ayúdalo a brillar cuando sientas que esto es necesario. Y, desde luego, recuerda que él debería estar dispuesto a hacer lo mismo por ti.
· Ella nunca lo hace sentir presionado
Ésta es realmente importante. Los hombres tienen una aversión distintiva hacia cualquier clase de presión. En este sentido, las mujeres deberán evitar llamar por teléfono o enviar e-mails o mensajes de texto a sus parejas en forma reiterada durante el día. Esto podría causarle ciertos temores en cuanto a tus actitudes a futuro. Y, por sobre todas las cosas, borra de tu vocabulario la palabra que empieza con la letra M (matrimonio). Los hombres no quieren estar tomando constantemente el pulso a la relación. Ellos prefieren disfrutar del momento.
· Ella no acepta el maltrato ni la falta de respeto (venga de quien venga)
Una buena mujer nunca acepta un mal comportamiento. Los hombres respetan a las mujeres con las que están obligados a portarse bien. Si él sabe que existe una penalización —como ser enviado al mismismo demonio— por faltas graves, como ser infidelidad, él te respetará más, y será menos probable que comenta dichas infracciones a la ley de la pareja. Finalmente, recuerda que no debes molestarte en salir con hombres casados, con hombres que tienen parejas constituidas, o con cualquiera que te amenace o abuse de ti tanto física como psíquicamente.
· Una buena mujer siempre elije a un buen hombre
Esto quiere decir que deberías buscar a una persona honesta y digna de confianza. Él debe tratarte en forma adecuada. Si él dice que va a estar en determinado lugar, entonces allí deberá estar. Y que nadie diga que la caballerosidad se ha muerto, los buenos modales son una ventana que muestran qué clase de hombre es él realmente. Al mismo tiempo, ambos deberían tener expectativas similares en cuanto al dinero (que suele ser la primera causa de peleas en las relaciones). Incluso cuando digan que los opuestos se atraen, es bueno pensar dos vences antes de involucrarse con un gastador compulsivo.
· Ella sabe que el amor el la parte más importante de la ecuación
¿Cómo sabe una buena mujer que ha encontrado esa relación única e irrepetible? Bueno, eso depende de la mujer. Algunas mujeres tienen un momento de revelación, en que el amor se hace evidente y se distingue de todo el resto. En ese momento, se experimenta una sensación única de confort, de comodidad, y de aceptación. Esta sensación va acompañada de ese particular sentimiento que equipara tu felicidad a la felicidad de la otra persona, siendo ahora su realización como persona tan prioritaria como la tuya misma. Convengamos que todo esto debe ir acompañado de escalofríos, desesperación, ansiedad, etcétera.
domingo, 10 de agosto de 2008
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