jueves, 31 de julio de 2008
Las Opciones del Amor
Las Opciones del Amor Hace algún tiempo, una buena amiga, a quien hacía meses no veía, me contactó y me contó que se estaba separando de un ser buenísimo, pero por quien nunca terminó de sentir amor. Cuando fuimos a cenar, me echó el relato y concluyó diciendo: -"ante no sentir lo que quería y tener que calarme esa situación tan desagradable, rompí la relación, y te juro que hoy me siento libre, como si me hubiera quitado un peso de encima". Quizás este relato te suene familiar y hasta lógico, pero lo realmente lamentable es que en nuestra cultura del amor, nadie nos hubiera advertido que cuando abrimos nuestro corazón, los caminos no son sólo dos, ni son excluyentes uno de otro. Cuando entendemos el valor de la "rendición", nos podemos entregar a la experimentación y abrir una instancia más humana y real; en la que ese "ser buenísimo" pueda participar y sentirse integrado al proceso de relación, así sea para separarse. Por lo tanto, ante las opciones de mi amiga, cabría o propongo una que me suena más amorosa: "-Ya que un día tomamos la decisión de esta relación, ya que nos hemos respetado y hemos intentado lo mejor para hacer funcionar esta pareja, ahora quiero decirte que no siento lo que me hubiera gustado sentir, y que me encantaría que me apoyaras porque no me siento bien ahora y quiero hacer lo posible en mí, para ver si esto puede funcionar". Estas simples palabras son un conjuro al amor, y una honra a la relación donde nadie me llevó amenazado, y a ese ser que atraje a mi vida para crecer y evolucionar. Este tercer camino -y pueden haber muchos otros- es el que integra al otro, reverencia nuestra escogencia y permite cerrar un ciclo de forma exitosa, aunque a veces, carente de dolor. Recordemos que cuando alguien, con razón o sin ella, habla pestes del ser con quien estuvo o está, no hace más que hablar de sí mismo y del espejo donde se mira a diario. Cuando yo le pregunto a alguien que está en la pasión de la fase inicial del amor: ¿Quieres estar ahí, con ese ser, de verdad?, la respuesta no se hará esperar y será un "SÍ" tan rotundo que hasta soberbio parecería. Si hacemos honor al amor, a partir de ese momento, la responsabilidad de lo que suceda, de los monstruos que aparezcan, será de los dos, así, a quien le toque padecerla ahora, sea a mí. Y si bien son posibles las decepciones, los engaños, las traiciones; yo, como miembro responsable de esta relación; reaccionaré emocionalmente pero sin nunca perder el faro de que somos dos y que ahora nos toca gerenciar esto, y de sentirnos impotentes, buscar ayuda puede ser una valiente decisión. Por último, es bueno destacar que lo importante realmente no es lo que ocurre, sino lo que hagamos con eso que ocurre, de allí saldremos fortalecidos, o listos para repetir la experiencia en otra circunstancia o tiempo. Ser responsables, no es más que saber dar respuesta ante cualquier situación, y la pareja, en estos tiempos de cambio, clama por un poco de responsabilidad.
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